martes, 28 de enero de 2020

Las tres partes del ser humano




El ser humano, en este plano, consta de tres partes: la física, la mental y la espiritual. Cierto es que dicen que lo que realmente somos es espíritu, alma, pero, repito, en este plano, también somos cuerpo y mente, y mientras no tengamos a las tres partes "sanas", la que esté enferma va a afectar, inevitablemente, a las otras dos.



Hasta el siglo 19, en Occidente, (hablando de la medicina) imperaba el paradigma mecanicista de Descartes, el cual sólo se tomaba en cuenta la parte física, es decir el cuerpo como máquina.


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Con Freud, abriendo el siglo 20 (la publicación que inauguró el psicoanalisis fue La interpretación de los sueños, publicada en el año 1900), se comienza a tener en cuenta a la mente como elemento crucial tanto en nuestra salud, como en la interpretación del mundo. Dimos un gran avance, conocimos el poder de la mente y el Inconsciente, descubriendo la influencia de estas sobre el cuerpo físico, y la posibilidad tanto de enfermarlo como de sanarlo.



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Pero lo mental no era todo. De hecho el psicoanálisis, que ha hecho esa gran contribución a la humanidad, si se queda sólo en la mente es insuficiente para tratar, comprender y aprehender al ser humano, ya que aún falta un aspecto constitutivo del mismo: el espiritualPorque no basta tener buena salud física y mental, por ejemplo, para estar "bien". Si no está atendido el aspecto espiritual, -al que podríamos resumir como el del "sentido" de la vida-, no vamos a ser seres realizados. Y ahí es cuando aparece don Carl Gustav Jung, para ofrecernos una visión mucho más completa del hombre, la que lo contempla desde sus tres aristas en este plano.


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Desde Jung, vinieron muchos, como Viktor Frankl, Erich Fromm, Fritz Perls, (todos psicoanalistas en sus inicios), Carl Rogers, Abraham Maslow, y muchos más, que crearon la corriente denominada psicología humanista y luego la transpersonal. Desde ahí se contempla al ser humano de manera mucho más holística, entendiendo que sólo reconociendo e integrando sus tres partes, se puede conseguir el equilibrio, bienestar y realización.

ψ DC

miércoles, 1 de enero de 2020

El mito del Paraíso



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En el inconsciente colectivo de todas las culturas podemos encontrar el “mito de la Era Dorada”. En nuestra cultura occidental la conocemos, principalmente –por la religión Judeo-Cristiana- bajo la forma del Paraíso, el Jardín de Edén.

Pero si este mito se halla en todas las culturas, a lo largo y ancho del mundo (podríamos decir que a nivel de Arquetipo), que significa? Según se cree, se refiere a la memoria colectiva de un momento anterior al nacimiento de la Cultura en la Humanidad, antes de que el hombre se convirtiera en un ser pensante y racional, es decir, antes del nacimiento del Ego.

Se cree que antes de crear la cultura, el hombre (u homínido) era un animal más, conectado –como ellos- totalmente a la Naturaleza, la Vida, Dios… Pero en algún momento “algo” pasó, el hombre empezó a pensar (comió del árbol del conocimiento, según relata el Génesis), y desde ese momento fue “expulsado” de ese “Paraíso”, en el que estaba en total comunión con Dios. (Perfecta metáfora!)
Desde ahí en adelante la vida se tornó más complicada; el hombre ya no se pudo dejar llevar completamente por sus instintos, necesidades y deseos más básicos. Pasó de estar regido por la ley de la Naturaleza a regirse por otro tipo de ley, la de la Cultura.

Esto permitió increíbles avances, se comenzó a almacenar -y por ende a ampliar- el conocimiento, resultando de eso la arquitectura, el arte, la ciencia, la tecnología. En síntesis, permitió el mundo tal cual lo conocemos hoy. Creamos la literatura, el cine, la poesía, ciudades, fábricas, caramelos, carreras de Fórmula 1, el fútbol, estaciones espaciales, llegamos a la Luna, mandamos sondas a Venus, Marte, y dos ya salieron del Sistema Solar… 

Empezamos a entender (racionalmente) el Universo que habitamos. Esa es la parte buena, pero pagamos un precio por todo eso (pasar de la ley Natural a la Cultural), y es el de la escisión de nuestro aparato psíquico, es decir, la Neurosis. (Una de las obras más famosas de Freud fue dedicada a este asunto, se llama: El malestar en la Cultura)

Que significa ser neuróticos? Que nuestro aparato psíquico está “partido”, dividido en un Consciente y un Inconsciente. Lo que está en el Consciente es lo que conocemos/aceptamos de nosotros (dicen que es entre el 3-5%) y todo lo que no conocemos/aceptamos (debido a “mandatos” sociales mayormente) va a parar al Inconsciente (entre el 95-97%). Como el Inconsciente es mucho mayor y más poderoso, es el que domina nuestra vida, dando por resultado, por ejemplo, que hagamos cosas que decimos no querer hacer, nos boicoteemos, atentemos contra nosotros mismos, etc.

En la serie Vikingos se puede ver claramente el “cruce” de dos mundos, de dos “tipos” de hombres:



-uno más pre-egoico (no del todo, por supuesto, ya había algo de ego y cultura, sólo que recién en sus comienzos), el vikingo; un hombre más instintivo, sin tanto “filtro”, conectado con la tierra, los ciclos de la naturaleza. Su religión es más visceral, sus dioses son “tangibles”, caminan entre ellos, tienen pasiones cuasi animales. Si bien existe algo de cultura, prima lo instintivo.

-uno ya plenamente egoico, culturalizado: el inglés y el francés. Un hombre que hizo de la razón un culto, con las emociones altamente reprimidas, con una política formal, organizada, con una forma de vida tan neurótica como hipócrita. Su religión es marcadamente mental, con un Dios mucho más “conceptual” a la vez que inasible, lo que lleva, la mayoría de las veces, a la idealización y el desencanto. Reina la cultura, lo instintivo está tapado o reprimido.

Y qué sigue? Dicen que estamos volviendo a un estado parecido al de pre-ego, pero –por suerte- sólo parecido, no igual. Por qué? Porque en ese estado primigenio estábamos conectados, pero de manera inconsciente, sin saberlo siquiera, sin elegirlo. Luego, con el nacimiento del Ego, nos desconectamos (expulsión del Paraíso) con lo cual hicimos todos los desastres que el Ego es capaz de hacer: guerras, asesinatos, violaciones, destrucción de la naturaleza, pero, a la vez, cobramos consciencia de nosotros mismos, lo cual es muy importante. Ahora volveríamos al estado de conexión, pero ya no sería inconsciente, sino que desde la consciencia, esa ganada gracias al Ego.

Entonces, como vemos, aún algo tan muchas veces monstruoso como el ego, tiene su razón de ser. Es decir, el ego también es parte de la evolución de la consciencia, y sin él, no sería posible el camino hacia la consciencia plena.



ψ DC